
El gobernador de Texas Greg Abbott ha investido a Jack Wilson con el honor civil más alto por sus “acciones heroicas” en disparar y matar a un hombre armado (Keith Kinnunen, 43) en una iglesia evangélica el 29 de diciembre.
Kinnunen logró matar a dos feligreses – Anton Wallace (64) y Richard White (67)- antes de ser disparado por Wilson, miembro del equipo de seguridad de la iglesia West Freeway.
Al aceptar la medalla en una ceremonia pública en Austin, comentó Wilson (71) a la prensa, “Cuando se dan situaciones tensas, hay dos cursos de acción posibles. O uno se aleja o uno hace algo al respecto. Yo no soy de los que se alejan”.
Horas después del ataque, dijo Donald Trump que, “Todo terminó en seis segundos gracias a los valientes feligreses que actuaron para proteger a 242 de sus compañeros religiosos. Muchas vidas fueron salvadas por estos héroes y por las leyes de Texas que les permiten portar armas”.
El gobernador Abbott dio las gracias a Dios por la vida de Wilson.
«Seguimos de luto por las vidas perdidas. Pero agradecemos a Dios por haber puesto a Jack Wilson en aquella iglesia el día del ataque para prevenir la pérdida de más vidas.
«Solo Dios sabe cuántos están vivos hoy gracias a Jack Wilson».