
Al igual que Lutero – y que Pablo de Tarso- Calvino sostiene que la salvación deriva de aceptar por fe el sacrificio de Cristo en la cruz.
Sin embargo, se plantea interrogantes como la razón por la que alguien rechaza esa predicación y, sobre todo, cómo puede conciliarse ese rechazo con una soberanía divina que, supuestamente, controla toda la creación.
A partir de aquí entra en juego precisamente la doctrina calvinista de la predestinación. Aunque por influencia sobre todo de sus detractores católicos, se suele identificar el calvinismo con esta doctrina de manera esencial, lo cierto es que ni era sostenida sólo por este reformador, ni era rechazada por un buen número de teólogos católicos anteriores (Agustín de Hipona y Tomás de Aquino la defendieron, por ejemplo), ni era tan central en la exposición calvinista. De hecho, en las primeras ediciones de la Institución ni siquiera se abordó el tema.
Algo diferente sucedió en las últimas. En éstas se afirma que de la enorme y total masa de los condenados, Dios decidió predestinar a algunos para que recibieran Su gracia, que es irresistible, y que tras aceptarla mediante la fe, fueran salvos.
La decisión de Dios al respecto es totalmente soberana. Por ello, no depende de que haya conocimiento mediante su presciencia que determinada persona responderá al llamado del evangelio para predestinarlo sino que tal decisión arranca de la libre voluntad de Dios. Éste predestina a unos para ser salvos y, en consecuencia, a otros para que se condenen:
Denominamos predestinación al decreto eterno de Dios, en virtud del cual ha determinado lo que desea hacer de cada uno de los hombres. Porque Él no los crea a todos con la misma condición, sino que a unos los ordena hacia la vida eterna, y a otros hacia la condenación perpetua. Por lo tanto, de acuerdo con la finalidad con que es creado cada hombre, decimos que está predestinado para la vida o para la muerte (Institución 3.21.5).
Calvino reconoce que la doctrina no es fácil de aceptar, pero la sustenta en un número considerable de textos bíblicos y, además, insiste en que no se puede acusar a Dios de injusticia porque, en justicia precisamente, todos los seres humanos deberían condenarse.
César Vidal

Pregunta al lector: ¿Cómo entiendes tú la doctrina de la predestinación? Deja tu respuesta en la sección de comentarios.
Es un tema complejisimo con muchas ramificaciones.
Me quedo con lo esencial para mi,
llega un punto en el que la mente alcanza su propio límite y no puede entender el derroche de bondad.
Porqué yo?
La infinita incapacidad para expresar la gloria de la predestinación…
Solo me queda callarme sobrecogida.
Entiendo la teoría de la predestinación perfectamente. Por mi experiencia personal en mi reciente conversión, veo a mis nuevos hermanos todos ellos predestinados a salvarse, a mis antiguos amigos, familiares e incluso mi ex novia, predestinados a condenarse, y veo en mi vida una serie de circunstancias nada casuales y todas ellas extraordinarias en las que veo la mano de mi Padre, de mi creador.
Una de esas extraordinarias circunstancias es haber seguido a Don César, la cual me ha permitido ponerme en el sendero de la luz y la vida, por lo que jamás se le podré agradecer de la forma adecuada.
Dios le bendiga y le guarde muchos años Don Cesar. Uno de sus más fervientes admiradores.
No debiésemos sorprendernos de que gente ha sido destinada a ser condenados sino sorprendernos de que muchos serán salvos, ya que Dios en su justo juicio debería haber aniquilado al hombre haciendo uso de su buena, agradable y justa voluntad. Es por ellos quienes creemos ser salvos, solo nos queda admirar tal bondad y adorar a Dios por los siglos.
«¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén».
—Romanos 11:33-36—
Efectivamente la doctrina es difícil de digerir como la mayoría de las medicinas, pero una vez comprendida y aceptada por la fe, constituye un inconmovible consuelo que nos conduce a una humilde aceptación de la soberana voluntad de Dios. Los textos bíblicos se amontonan apoyando esta posición teológica, eso es indudable.
¿Para qué mortificarme, sacrificarme, esforzarme en amar al que me odia o simplemente querer ser bueno cuando estoy tentado a lo contrario, si igual, sea crápula o santo, ya tengo asegurado por predestinación, el cielo o el infierno? Eso es lo que no entiendo.
¿Para qué mortificarme, sacrificarme, esforzarme en amar al que me odia o simplemente querer ser bueno cuando estoy tentado a lo contrario, si igual, sea crápula o santo, ya tengo asegurado por predestinación, el cielo o el infierno? Eso es lo que no entiendo.
Me dice que es duplicado ¡yo no lo mandé antes! ¿es que esto no se quiere oír?
Saludos y bendiciones.
Es sin lugar a dudas un tema que nos lleva al limite de la razón humana para tratar de entender a Dios.
Las opciones de salvación no nos favorecían, más sin embargo Dios en su infinito amor decidió salvarnos por puro afecto de su voluntad.
Bendiciones Don Cesar.
Yo tardé 9 años en digerirla
Habacuc 2:4
4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.