
Muchos objetarían cualquier enseñanza acerca del aborrecimiento divino de Dios basándose en la falsa suposición de que Dios es amor y que por lo tanto, no puede odiar.
Mientras que el amor de Dios es una realidad que va más allá de nuestra comprensión, también es importante ver que el amor de Dios es la misma razón para su aborrecimiento. No deberíamos decir que Dios es amor y que por lo tanto no puede aborrecer; al contrario, Dios es amor y por lo tanto, Él debe aborrecer.
Si una persona verdaderamente ama la vida, reconoce su santidad, estima a los niños como un don de Dios, entonces esa persona debe aborrecer el aborto. Es imposible amar a los niños apasionadamente y con toda pureza y ser indiferente hacia aquello que los destruye en el vientre.
De la misma manera, si Dios ama con enorme intensidad todo lo justo y bueno, entonces Él, con igual intensidad, debe aborrecer todo lo perverso y malo.
A todos se nos ha enseñado el popular eslogan: “Dios odia al pecado pero ama al pecador”, pero esta enseñanza es una negación de las Escrituras que claramente declaran lo contrario. El salmista, con la dirección del Espíritu Santo, escribió que Dios no solo aborrece la iniquidad, sino que aborrece también a “los hacedores de iniquidad”.
Debemos entender que es imposible separar al pecado del pecador. Dios no castiga el pecado, castiga a quien lo hace. No es el pecado el que es castigado en el infierno, sino el hombre que lo practica. Por esta razón el salmista declaró: “Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos lo que hacen iniquidad” (Salmo 5:5).
Y, “El Señor está en su santo templo; el Señor tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. El Señor prueba al justo; pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. Sobre los malos hará llover calamidades; fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos. Porque el Señor es justo y ama la justicia” (Salmo 11:4-7).
Es importante entender que los textos citados arriba no están solos en la Escritura, sino que están acompañados por otros pasajes que fortalecen el argumento. En Levítico, el Señor al pueblo de Israel que ellos no deben seguir las costumbres de las naciones que Él echa fuera delante de ellos, y entonces añade: “Porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación” (Levítico 20:23).
Otra vez, en el libro de Deuteronomio, Él advirtió a su pueblo que los cananeos serían echados porque ellos fueron “abominación para el Señor” y cualquiera que hubiera participado en los mismos actos de injusticia sería una “abominación” a Él (Deuteronomio 18:12; 25:16).
En el libro de Salmos, Dios describe su sentencia hacia los israelitas incrédulos que rehusaron entrar en la tierra prometida diciendo: “Por cuarenta años me repugnó aquella generación” (Salmo 95:10).
Finalmente, en el libro de Tito, Pablo describe a aquellos que han hecho una vacía o superficial confesión de fe en Dios como “abominables” delante de Él; y Juan en la isla de Patmos describe el lago de fuego como la morada eterna de todos los que son “abominables” (Tito 1:16; Apocalipsis 21:8).
Paul Washer
Jesucristo vino por el mundo perdido porqué de tal manera amo Dios al mundo que a dado su hijo unigenito para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga vida eterna. Y el dijo que no vino a sanos sino a enfermos por los sanos no tienen necesidad de medico. Así que el ama al pecador perdido y lo llama para que venga al arrepentimiento y sea salvo
Pero aborrece al pecador que conociendo la verdad peca o aquellos que se rebelan contra El.
Así es Humberto, si no fuera porque Dios amó y sigue amando al mundo (pecadores y justos) no hubiera habido todo un plan de salvación. Negar el amor de Dios es negarlo a Él en su mas grande virtud. Dios sí ama al pecador aunque lo aborrece por su pecado pero si no fuera porque nos amó entonces hoy no existiriamos sobre la faz de la tierra, Él espera pacientemente a que todos los pecados procedan al arrepentimiento. Dios envió a su hijo para perdón de pecados y ¿cómo es esto de que murió para perdonar nuestros pecados si no que nosotros siendo pecadores él murió por nosotros?. Él murió por los pecadores(para perdón de pecados) y él murió por amor así que sí amó y ama a los pecadores aunquie no por ello serán salvos si así permanecen pues Dios no vivirá con los pecadores.
Para iniciar con su argumento, Sproul, quiso aclarar que hay tres tipos de amores divinos indicados en la Biblia.
El pastor aseguró que en la Biblia habla sobre el amor benevolente de Dios, ese que cae sobre todos.
Asimismo, indicó que la Biblia describe el amor bondadoso de Dios, que llueve sobre justos e injustos.
Sin embargo, dijo que en el lenguaje popular se habla sobre el amor de Dios complaciente, y ese término es diferente a cómo lo usamos en nuestra cultura expresó. “Nuestro término de complacencia significa presunción, auto satisfacción…”
Sproul dijo que cuando las Escrituras se refieren al amor complaciente, es el que Dios tiene “por su hijo y por todos aquellos adoptados en su familia”.
Asimismo, dijo que el término amor complaciente de Dios no puede aplicarse a todo el mundo, porque si no sería una blasfemia.
El pastor explicó que Dios no ama al mundo entero de una manera complaciente, e indicó cómo la Biblia describe cómo Dios puede tener enemistad con el mundo y con los pecadores.
“Cuando escucho a predicadores decir que Dios ama a todos incondicionalmente quiero gritar y decir: ‘Espera un minuto, entonces ¿Por qué nos llama arrepentirnos?”, en ese sentido, el pastor expresó que entonces todos pudieran hacer lo que quisieran.
El pastor dijo que Dios puso condiciones a su amor complaciente, ya que ordena a todos a arrepentirse de sus pecados y “venir a Cristo” para disfrutarlo.
Yo agregaría está cita también….
Salmos 7:11 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
11 Dios es juez justo,
Y Dios está airado contra el impío todos los días.
Dios nos ama con amor eterno. Si pecamos y nos arrepentimos alcanzamos misericordia.
Pero conociendo el pecado y continuar pecando. Dios lo vomitara de su boca.
Como esa frase hay muchas que creemos que son bíblicas y no lo son.
Ap. 3:16.- por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Ahí está bien claro, para quienes es esto, para aquellos que conociendo a Dios no se esfuerzan en buscar la santidad, sin la cual nadie lo verá, así dice su palabra.