
“Bienaventurado el que tiene parte en la primera resurrección” (Apocalipsis 20:6).
¿Qué significa esto?
Significa resucitar, mediante el arrepentimiento, de la tumba del pecado; el que permanece enterrado en el pecado puede albergar poca esperanza de tener un día una resurrección gozosa: su cuerpo resucitará, pero no en gloria.
Pregunta, pues, a tu conciencia: ¿has tenido parte en la primera resurrección? ¿Ha entrado el Espíritu en ti y te ha vivificado? ¿Te ha resucitado de tu incredulidad? ¿Ha levantado tu corazón por encima de la tierra?
Esta es la primera resurrección; y si tu alma ha sido resucitada espiritualmente de esta manera, tu cuerpo lo será también en gloria, y brillará como una estrella en el Reino de los cielos. La regeneración abre paso a una resurrección gloriosa.
Thomas Watson (1620-86)
