
Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo del Señor os ordenó: que améis al Señor vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma (Josué 22:5).
Cuando Josué despide a la tribu de Rubén, como a la de Gad y la media de Manasés (v. 9) les dio unas ordenanzas para que mantuvieran su unidad con todo el pueblo al otro lado del Jordán y todas nacidas en la ley de Moisés:
– Amar a Jehová vuestro Dios
– Andar en todos sus caminos
– Guardar sus mandamientos
– Seguirle
– Servirle de todo corazón y con toda el alma
No me siento capaz en este momento de diferenciar cada una de éstas cinco partes, quizá todas forman una sola cosa o puede que sean el mismo mandato con diferente perspectiva. En todo caso yo, Señor, las quiero todas. Quiero amarte, seguirte y servirte. Centrarme en ti. Apartarme de todo lo que pueda apartarme de ti y acercarme a todo aquello que pueda acercarme más a ti.
Y esto lo encuentro en tu ley, en tus caminos y en tus mandatos, no en mis razonamientos ni en el de ningún otro y mucho menos de mi imaginación.
Y esta búsqueda, dependencia y servicio quiero que sea con el corazón y el alma, con todo el ser. Que no sea en parte de manera tibia o superficial, como quizá sea más veces de las que quisiera.
¿Y para esto quién es suficiente? Señor, ayúdame a ello.
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.
