
A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el Señor es Dios, y que no hay otro (1 Reyes 8:60).
¡Qué hermosa plegaria la de tu siervo Salomón! (vv. 12-53) y las palabras dirigidas al pueblo (vv. 54-61). Ante ti, Señor, de rodillas (v. 54) y ante el pueblo de pie. Ante ti solo podemos pedir misericordia y mostrar gratitud y al pueblo que aplique y siga firme y fielmente tu palabra (vv. 58-61).
Había varias razones para todas esas palabras y actitudes, su propio bienestar como nación y el reconocimiento del Señor. Pero yo me quedo con estas líneas para mí en este día en particular.
Que todo el mundo sepa; que el mensaje llegue a todos los pueblos y naciones, que nadie quede en la ignorancia y que nadie tenga fuerza para oponerse. Que podamos, que yo pueda, anunciar y responder a todos sus argumentos y excusas.
Que sepan que tú, el Señor, el Dios de Israel, el Dios de las Escrituras eres Dios. Que no eres una fuerza impersonal, o una idea imaginaria para aliviar los temores, o una proyección o imaginación humana, o un dios más entre todos los demás. No, sino que eres el Dios de la historia y de la creación, el Dios personal, cercano, que se comunica; que da en abundancia pero que demanda; que bendice, pero exige responsabilidad, y que, ante ellos, salva o condena, perdona o castiga.
Que sepan que no hay otro Dios sino tú, que todo lo demás es neblina, vanidad, vacío. ¡O tú o nada!
¿Es esto posible? ¿Es solo una quimera? No importa, quiero ser fiel a esta palabra tuya y deseo de mi corazón.
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.
