
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Yahveh con alegría; Venid ante su presencia con regocijo (Salmo 100:1-2).
Quiero comenzar el día con este mismo deseo del salmo y te pido, Señor, que me ayudes.
No solo cantarte yo a ti, sino invitar al mundo entero a hacerlo. Si no cantarte de voz, al menos de corazón. Este salmo incluso, que ahora tarareo en silencio en mi torpe memoria.
Es verdad que en el mundo y a mi alrededor incluso, hay dolor e injusticia que no puedo ignorar, pero al dirigir mi atención a ti, viene sobre mí esperanza y calma. Tú, Dios mío, lo tienes todo bajo control, todo es y será para bien y para tu gloria. El futuro, el mañana no me crea temor o ansiedad, sino deseo de alabarte.
También quiero servirte, vivir el día de hoy para ti. ¿Qué quieres de mí? ¿Cuál es tu voluntad concreta para mi hoy? Ayúdame a aplicar tu palabra según sea mi claridad de ella y la oportunidad que surja.
Quiero, y para ello también te pido tu ayuda y presencia de tu Espíritu en mí, cantarte y servirte con alegría. No dejes que sea solo un deber rígido y frio, sino que mi regocijo sea espontáneo y apasionado, pues tú no mereces menos que esto.
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.
Pregunta al lector: ¿Tienes el gozo del Señor? Deja tu respuesta en la sección de comentarios. Gracias.