
Confesamos el misterio y el asombro de Dios hecho carne, y nos gozamos en nuestra gran salvación mediante Jesucristo nuestro Señor.
Con el Padre y el Espíritu Santo, el Hijo creó todas las cosas, sustenta todas las cosas, y hace todas las cosas nuevas. Verdaderamente Dios, se hizo verdaderamente hombre, dos naturalezas en una persona.
Nació de la Virgen María y vivió entre nosotros. Crucificado, muerto y sepultado, se levantó al tercer día, ascendió al cielo, y vendrá de nuevo en gloria y juicio.
Por nosotros, Él cumplió la Ley, expió el pecado, y satisfizo la ira de Dios. Tomó nuestros trapos de inmundicia y nos vistió con sus prendas de justicia.
Él es nuestro Profeta, Sacerdote y Rey, quien edifica su iglesia, intercede por nosotros, y reina sobre todo.
Jesucristo es Señor; adoramos su santo Nombre por siempre.
Amén.