
No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará. Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber (Proverbios 9:8-9).
¡Cuántas veces he experimentado esto que me dices hoy, Señor!
He ido con mi buena intención, aunque reconozco que otras fui con arrogancia, a corregir al ofensor, al dañino, y recibí en respuesta ataques y desprecio. En cambio fui al temeroso de ti y sabio de tu palabra y fue buen receptor, aumentó su saber.
Hay mucha gente así, necios, maldicientes, ofensores, que no quieren reconocer su error o su pecado y no tienen, por tanto oídos para oír. Y hay otros que cuanto más saben, más esperan saber y más dispuestos a escuchar y a aprender.
Un momento ¿Me estás diciendo esto a mí? ¿Debo yo aplicarme estos principios?
Señor, no permitas en manera alguna que yo actúe como ese escarnecedor que rechaza la reprensión. Si es necesario envía a aquellos que, bajo la luz de tu palara, pueden ver mi pecado y mis errores y con amor quieren corregirme. Dame oídos para oírles y voluntad para aceptarlos, porque entonces será señal de que amo tu palabra, que quiero y puedo ser más sabio.
¡Cuán bueno es que a la vez que puedo recibir, también puedo dar!
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.