
El ánimo del hombre soportará su enfermedad; mas ¿quién soportará al ánimo angustiado? (Proverbios 18:14).
Debo y quiero tomarme estas palabras como una medicina, un remedio eficaz para el tiempo de necesidad, pues eres tú, Señor y médico de mi alma, el que lo dice.
Tarde o temprano llega la enfermedad, quizá con gran virulencia o puede que de una forma suave y lenta, pues no hay lugar en tu palabra o en la experiencia de cada uno que nos diga que podemos evitarla; pero no nos dejas solos y nos enseñas también a afrontarla.
Quiero pedirte en esta mañana que obres, trabajes en mi ánimo, en mi alma, de tal forma que hagas de ella la armadura del cuerpo, su timón o el motor que tire de él. No puedo evitar que este cuerpo mío envejezca o se debilite, pero sí que mi ánimo no muestre debilidad o dudas.
Me entristece mucho ver a otros que tienen cuerpos fuertes y ánimo pobre, y aún otros que están enfermos de ambas cosas.
Tu palabra, la comunión contigo y con tu pueblo, la oración y meditación, es decir el ejercicio espiritual y diario del alma será vital para mí.
Ayúdame a no abandonar mi cuerpo, pero sobre todo a no hacerlo con mi ánimo, lléname de fe.
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.
E leído uno de sus devocionales y me gustaría recibir cada día,como lo hago