
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios (Eclesiastés 11:9).
¡Cómo recuerdo estas palabras leídas y meditadas en mi juventud! Era un recién convertido a ti, Señor, había descubierto a tu Hijo como mi salvador, y el valor de tu Palabra. Pude salir, me sacaste de aquel pozo oscuro donde estaba, me libraste del laberinto en el que estaba perdido y rompiste las cadenas con las que estaba atado. Aun así, estaba lleno de vida y con ganas de comerme el mundo. Se juntó en mí el deseo de disfrutar y buscar placer, y el temor a ofenderte y a pecar, a dañar la relación que había alcanzado contigo y estas palabras tuyas me ayudaron.
Pude aprender entonces, y esto me ha guiado siempre, que se puede disfrutar de la vida, gozar de las cosas grandes y pequeñas que me ofreces y aprovechar de los momentos buenos que se presentan; pero que debo tener en cuenta a la vez, que lo que hago y digo está delante de ti, que lo tienes en cuenta y que tiene consecuencias, que no debía vivir a espaldas de ti, que debía ser cuidadoso y temeroso por mi nuevo corazón.
Aún hoy, cuando ya no me siento joven, sigo teniendo en cuenta estas palabras.
Ayúdame a amar y disfrutar esta vida, pero a amar más la que me has regalado contigo.
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.