
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras (Lucas 3:8).
Que esperanzadoras son esas últimas palabras. Te doy gracias, Padre, porque me ayudas a entenderlas con otras partes de tu palabra; que no es por descendencia física o por raza que se alcanza la salvación (Rom. 4:13,16; 9:7-8), sino por ser hijos de la promesa (Col. 4: 28), de la fe de Abraham.
Pero no solamente es que el evangelio pasó a los gentiles, a pecadores como yo, sino que no es por méritos, ritos o cosa alguna que yo u otros quisiéramos o pudiéramos hacer, sino por tu voluntad (Rom. 9: 16) y gracia. Tú puedes levantar hijos, creyentes, aun de las piedras.
No hay lugar difícil, no hay corazón lo suficientemente duro para resistirte. Estas palabras tuyas me dan esperanza y ánimo, pues hay ocasiones que pienso si vale la pena seguir tratando con la gente a mi alrededor. Perdóname Señor por mi jactancia, por pensar que dependía de mí, de olvidar que en otro tiempo yo también fui piedra.
Ayúdame a venir a interceder por ellos ante ti, ayúdame a traerte tantas piedras como sea posible, para que tú por tu gracia las conviertas en hijos.
Blog Luis Cano
Esta serie se encuentra publicada en la página web de la iglesia de Ciudad Real donde pastorea nuestro hermano Luis Cano. Podéis acceder a la página haciendo clic aquí.