
Señalemos quiénes eran aquellos a quienes llegaron las noticias de que había nacido Cristo. Eran “pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño”. A pastores, no a los sacerdotes y gobernantes; a pastores, no a los escribas y fariseos, se les apareció un ángel proclamando: “Os ha nacido hoy […] un Salvador, que es Cristo el Señor”.
Vienen a nuestra mente las palabras de Santiago, donde leemos lo siguiente: “¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” (Santiago 2:5).
La falta de dinero no quita a nadie los privilegios espirituales. Las cosas del reino de Dios están con frecuencia escondidas de los grandes y nobles y son reveladas a los pobres.
El duro trabajo manual no evita que alguien sea favorecido con una comunión especial con Dios. Moisés estaban guardando las ovejas, Gedeón estaba trillando, Eliseo estaba arando cuando individualmente fueron honrados por llamamientos directos y revelaciones directas de Dios.
Resistamos la insinuación de que la religión no es para el obrero. Lo débil del mundo suele ser llamado antes que lo poderoso. Los últimos suelen ser los primeros, y los primeros los últimos.
JC Ryle (1816-1900)

Asi es .
Bendoto sea Dios.
Gloria a Cristo!!!
Muy buen articulo. Gracias por compartirlo.