MAÑANA
“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).
Grandes eres, Señor.
Tu ángel podría haberle contestado a María diciendo: “No he venido a responder a preguntas”. No obstante, en tu gran gracia, le revelaste a tu sierva cómo ibas a ejecutar el milagro de milagros.
Según Gabriel, sería una proeza del Espíritu de vida. De alguna manera misteriosa, Él se encargaría de que el Santo Ser, tu Hijo, naciera.
Observo cómo el hombre (José) fue puesto a un lado. No dependes de nada ni de nadie. ¿Quién te puede detener? La incredulidad de Zacarías no te pudo encadenar. Y si María hubiera optado por no creer, tampoco habría podido atar tus manos. Tú eres soberano sobre todo y todo lo que quisiste, has hecho.
Veo aquí a mi Salvador Jesús como perfecto Dios y, al mismo tiempo, como perfecto hombre. Necesitaría una eternidad para meditar en estas cuatro palabras: el Santo Ser nacerá. ¡Dios hecho hombre! ¿Cómo puede ser?
No lo entiendo pero lo creo porque tú, Señor, eres muy grande.
Pastor Will Graham – Almería