
TARDE
“Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:36-37).
¡Otro milagro!
Cuando tú estás obrando, Señor, las vírgenes y las estériles se ponen a parir. ¿Por qué? Porque no hay nada imposible para ti.
Pienso en tu iglesia. Nació con fuego de lo alto y sin la ayuda de ninguna institución humana. Conquistó el mundo entero para tu gloria. Siendo un pueblo virgen, tu iglesia -por el poder del Espíritu- dio a luz a millares.
Hoy, tu amada iglesia sigue viva.
Y los burladores, con sus risas, la llaman de todo: “estéril”, “inútil” y “vieja”. No obstante, cobro nuevas fuerzas al pensar en Elisabet.
Ella, con sus canas y arrugas, experimentó tu poder y dio a luz a Juan el Bautista. Me acuerdo de cómo tu Hijo habló de él diciendo, “Entre los nacidos de mujer, no hay mayor profeta que Juan” (Lucas 7:28).
Señor, aviva tu iglesia en esta generación. Haz que Elisabet dé a luz de nuevo. Sigue levantando a siervos del Señor Jesucristo en nuestros días.
Pastor Will Graham – Almería