“Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envío vacíos” (Lucas 1:51-53).
Haces proezas, mi Dios.
¿Cómo no pensar en la famosa frase que se lee: “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (1 Pedro 5:5)? Te opones a los soberbios, a los poderosos y a los ricos.
El ser humano lucha por adquirir poder y riqueza; pero cuando los consigue, se queda tan vacío como un pozo seco. La idolatría no da paz al corazón. Fomenta ansiedad, pesadillas y falta de sueño.
Sin embargo, en tu presencia los humildes y los hambrientos son avivados. Tienen fuerzas como de búfalo. Vuelan como las águilas. Corren como leopardos. Saltan sobre los montes de tus delicias.
Señor, hazme entender hoy que si tengo a Cristo, lo tengo todo. Él es mi poder. Él es mi riqueza. Él es el Príncipe de paz ante cuya palabra las olas y los vientos de mi alma cesan y se hace grande bonanza.
Haces proezas, mi Dios.
Pastor Will Graham – Almería
Amen.
Gracias .