“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre” (Lucas 2:8-12).
Sigo sorprendido.
¿Por qué enviaste tu ángel a los pastores, un grupo menospreciado? ¿No tendría más lógica que se presentara ante algún rey o emperador? Tu sabiduría confunde la mía.
Y me glorío en la noticia comunicada por tu mensajero celestial: ¡el Señor, el Salvador ha nacido!
Allí tengo en una sola frase la doble naturaleza de Jesucristo. Es hombre porque ha nacido; pero es Dios porque es Señor y Salvador.
Y si el Dios-niño está acostado en un pesebre, es una señal de que tu salvación llega hasta los sitios más inesperados.
¡Tremendo!
Pastor Will Graham – Almería