“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:13-14).
Si los ángeles, que son infinitamente más poderosos que yo, te alaban sin cesar, ¿cómo no te voy a exaltar mi fiel Señor?
Te doy la gloria por haberme creado (algo que los ángeles pueden decir) y por haberme redimido en Cristo (algo que los ángeles no pueden decir). ¡Gloria a ti en las alturas!
Pero, ¿qué es eso de “en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres”?
Creo que la traducción correcta sería, “en la tierra paz entre los hombres de su buena voluntad”. Es decir, la paz aquí mencionada por los ángeles es la paz verdadera experimentada por los hombres a quiénes tú, mi Dios, has escogido por soberana gracia. Son los hombres (y mujeres) de tu buena voluntad. Sé que no has establecido tu paz con todos; sino con tu pueblo.
Te glorifico hoy sabiendo que dentro del futuro no muy lejano, podré unirme a la melodía angelical en el reino venidero.
Pastor Will Graham – Almería