“Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino” (Mateo 2:12).
Grande es tu gloria, Señor.
Hay alguien más inteligente que Herodes. Y eres tú. Prendes a los sabios en su astucia y frustras los designios de los perversos
El rey mintió a los magos; pero no te pudo engañar a ti. Sí tú lo sabes todo, mi Dios. Te encargaste de dirigir a tus amados gentiles por otro camino a fin de que Herodes no matara a tu Hijo.
Padre, además de adorar a tu impecable Hijo, deseo ser dirigido por ti. Necesito que me hables a lo largo del día y que tu Espíritu vaya despertando en mi corazón porciones de tu Palabra que habré leído u oído expuestas desde el púlpito.
No poseo la astucia de Herodes. No serviría como rey. Soy demasiado simple. Sin embargo, escrito está: “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples” (Salmo 119:30).
Desconozco muchas cosas, mi Dios. No obstante, sí sé que das sabiduría a “lo necio del mundo” (1 Corintios 1:27).
Ya que soy tan necio por naturaleza; líbrame tú de Herodes.
Pastor Will Graham – Almería