“Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto” (Mateo 2:14).
Gloria a ti por tus advertencias, mi Buen Pastor.
La fe de José me impresiona. Te obedeció sin poner excusas. Y ahora entiendo la razón por la que usaste a los magos del oriente para entregar regalos tan caros a José y María.
¿Cómo podría José, el pobre carpintero del pueblo, emprender un viaje hacia Egipto sin recursos económicos? Pues, porque contaba con incienso, mirra y oro. Podría pagar los gastos del viaje y empezar una nueva vida en Egipto.
Y me gusta cómo Mateo recalca que José no era el padre del niño. Escribe que tu siervo “tomó de noche al niño”. No dice: “Tomó a su hijo”. No obstante, en el caso de María sí destaca que ella era la madre.
Al no haber nacido de la simiente de José, tu Hijo fue librado de la contaminación del pecado original. Nació como un Segundo Adán, libre y limpio. ¡Y qué gozo es para mí saber que donde el primer Adán falló y fracasó, tu bendito Hijo venció! ¡Gloria!
Gracias por tu Hijo, mi Dios.
Pastor Will Graham – Almería
Hermosa relato d la palabra d nuestro Dios …. Alabado sea su nombre por los siglos de siglos Amen !!!!