“Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño” (Mateo 2:19-20).
¡Santo!
Los enemigos han muerto, ¡pero el niño sigue vivo! ¡Aleluya!
Oh, Señor, me regocijo esta mañana. El bebé Moisés no era nada en comparación con el Faraón. José, María y Jesús no eran nada en comparación con el gran poder de Herodes. Pero bien dijo tu sierva: “Quitó de los tronos a los poderosos y exaltó a los humildes” (Lucas 1:52).
Pienso en mis hermanos perseguidos en contextos de extremo peligro. Se levantan los gobernadores de la tierra contra ellos, diciendo: “Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas” pero “el que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos” (Salmo 2:3-4).
Has querido que tu evangelio y tu iglesia avancen en medio de adversidad. No obstante, la zarza que arde en fuego no se consumirá (Éxodo 3:2). Los adversarios no prevalecerán contra tu ejército.
Los enemigos han muerto, ¡pero el niño sigue vivo!
Pastor Will Graham – Almería