
Además, habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos (Mateo 5:33).
Tú, Padre eres el Dios de toda verdad. Tu Hijo es la verdad (Juan 14:6). Tu Espíritu es la verdad (1 Juan 5:6). Ya que eres veraz en todos los sentidos, tu Palabra prohíbe los juramentos falsos.
Si soy un discípulo y un hijo tuyo, ¿cómo puedo permitir que mi boca se convierta en un instrumento de engaño y de falsedad? ¿Acaso no es Satanás, tu enemigo, el padre de tales distorsiones?
Padre: tú cumples con todos tus juramentos (Hebreos 6:17). No mientes. Quiero, pues, seguir tu ejemplo y siempre hablar la verdad. Que mis palabras y mis promesas tengan peso. Si me comprometo a estar en un sitio a las cinco de la tarde, allí por tu gracia estaré. Si digo a un hermano que estaré orando por él, por tu gracia lo haré. Guárdame de palabras huecas y vacías.
Te alabo por tu fidelidad a tu promesa de enviar al Salvador (Génesis 3:15). Te doy la gloria porque su preciosa sangre ha limpiado las manchas de mis labios y mi lengua.
Estoy tan, tan agradecido. Esto es la verdad.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería

Amen!
Amén, cómo podemos faltar con nuestra boca, si nuestro Dios es santo y fiel en todo tiempo.
Amén!
Amén, Dios le bendiga Pastor Will.