
Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos (Mateo 5:45).
Te amo, Padre.
Antes de yo conocerte, hiciste salir tu sol sobre mí. Enviaste tu lluvia a mi vida. Me colmaste de todo tipo de bien. ¿Por qué no me fulminaste? ¿Cómo es que no acabaste conmigo? Porque eres bueno, generoso y paciente.
Hasta el día de hoy, veo cómo los incrédulos siguen disfrutando de tantísimas muestras de tu gracia común. Aquí en España muchos de ellos poseen casas grandes, coches de último modelo, teléfonos carísimos, salud, etc. Me pongo a pensar en que, si yo fuera el Soberano del universo, no sería tan misericordioso como tú. Seguramente aniquilaría a todos mis detractores.
Padre, perdona mi falta de compasión. Quisiera obedecer lo enseñando por tu Hijo en el v. 48: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Si tú haces bien a los que te aborrecen, lléname de tu Espíritu para que haga yo lo mismo.
Hoy, ayúdame a ser sol y lluvia para todos los no creyentes que me rodean.
Amén.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería
Así sea!
Amén Pastor Will, a veces olvidamos cúanta misericordia Dios ha tenido con nosotros y cúanto nos ha perdonado..y que poca paciendia y compación damos a otros muchas veces, sobre todo a nuestros enemigos… debemos recordar siempre siempre sú misericordia, y su gran amor totalmente inmerecido. Saludos desde Zaragoza.
Gracias a Dios que a pesar de nuestra debilidad nos sostiene y bendice
El no nos ha pagado conforme a nuestros actos. Por su misericordia no hemos sido consumidos. Nos sigue sosteniendo día a día a pesar de nuestra maldad.