
Cuando, pues, des limosna, no hagas trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa (Mateo 6:2).
Padre, confieso con tristeza que hay en mí ganas de “hacer trompeta”.
Quiero que la gente piense bien de mí diciendo: “Oh, el hermano Will es tan espiritual, generoso y simpático. Ha compartido un devocional precioso con la iglesia esta mañana. Es un verdadero siervo del Señor”.
Todo esto demuestra que no tengo el corazón cien por cien santificado todavía. ¿Por qué busco la gloria de los hombres y no la tuya? Es por esta misma razón que me deprimo cuando me entero de que hay personas que me odian. Perdóname, mi Dios. ¿Dónde está mi celo por tu nombre y tu reputación?
Guárdame, Padre, de dar limosna de forma hipócrita. Si bendigo a algún hermano de la congregación, qué sea un secreto (entre él y yo). No hace falta que divulgue la noticia a nadie.
Examina y pesa las intenciones ocultas de mi corazón a la hora de dar. No quisiera ofenderte con una acción “buena” manchada por un espíritu egoísta.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería
Gracias Hermano Will por darnos el alimento Espiritual de forma sencilla y eetendible.Dios lo Guarde a usted y su Familia.
Un abrazo, hermano Andrés. Gracias por su cariño en Cristo. WG