
Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre celestial os perdonará vuestras ofensas (Mateo 6:15).
Padre:
Sé que soy un hijo tuyo porque pusiste un espíritu perdonador en mí. Reconozco que, a veces, no me resulta fácil perdonar porque todavía tengo mucho orgullo. No obstante, tu Espíritu Santo sabe tratar conmigo. Una y otra vez se encarga de eliminar la falta de perdón de mi alma.
Me doy cuenta de que me cuesta más perdonar a los que tengo más cerca porque ellos tienen más acceso a mi corazón. No es lo mismo aguantar insultos de cuentas anónimas en las redes que soportar difamación en la esfera del hogar o la iglesia. Duelen infinitamente más las heridas recibidas en casa o en la congregación. Pero de nuevo, es tu Espíritu quien labra perdón en mí.
Te alabo también porque sé que es el bendito Consolador el que permite que mis hermanos y mis seres queridos me perdonen a mí. ¿Cuántas veces no habré pecado contra ellos? Sin embargo, son clementes y pacientes conmigo porque tu buen Espíritu mora en ellos.
Perdono a mis hermanos y ellos me perdonan a mí porque Tú nos perdonaste a todos.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería
Gracias a Dios por esa palabra en la vida de su siervo.
Muchas gracias hermano Will, es tan difícil entender está verdad p un corazón plagado de orgullo, q Dios nos limpie cada día, y nos acerque a Él p poder ver nuestro pecado y perdonar sabiendo que recibimos un perdón tan grande y q ninguno de nosotros merecía . Bendiciones a Ud. su familia y toda la iglesia en Almería, desde la ciudad de Bahía Blanca en Argentina los saludo.