Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido (Mateo 7:2).
Amantísimo Padre:
El espíritu calumniador caracteriza a los paganos. Al fin y al cabo, ¿qué significa “diablo” en griego sino “acusador” y “difamador”? Los calumniadores son hijos de Satanás.
El calumniador nunca se siente a gusto a no ser que esté hablando mal acerca de alguien.
Lo peor es cuando esta actividad satánica entra en la iglesia. ¿Cuántos supuestos “hermanos” no intentan esconder su veneno por debajo de un manto piadoso diciendo: “Quiero contarte algo sobre fulano para que estés orando por él”? ¡Menuda hipocresía! ¡Aquel que siembra chismes de manera “espiritual” será doblemente culpable ante la santidad de Dios!
El calumniador no entiende que será juzgado eternamente por haber juzgado a los demás injustamente. No es que sus calumnias sean la causa de su condenación, sino que sirven para demostrar que su alma está irremediablemente podrida.
Padre: limpia mi boca. Si mi lengua me es ocasión de caer, ayúdame a sacarla y echarla de mí. No permitas que difame a nadie. Y líbrame del gran fuego que enciende el bosque de la calumnia: la llama de la ociosidad.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería