
¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mateo 7:3).
Amantísimo Padre:
¿Cómo es que me resulta tan extremadamente fácil fijarme en las carencias y las imperfecciones de mis hermanos en la fe? ¿Por qué tengo un corazón criticón? Al mismo tiempo, ¿qué es lo me impulsa a siempre querer justificarme a mí mismo cuando peco?
Me doy cuenta de que soy duro con los demás y muy blando conmigo mismo. ¡Menudo hipócrita que soy! Escucho una predicación y en seguida pienso: “Este mensaje vendría de maravilla para fulano o fulana”. ¿Cómo es que no se me ocurre entender que aquella predicación, en realidad, tiene el propósito de corregirme a mí?
Líbrame, mi Dios, de condenar a mis hermanos injustamente. Dame pasión por quitar todas las vigas de mi ojo antes de procurar quitar la paja del ojo de mi hermano. Pon en mí compasión y mansedumbre al considerar sus defectos ya que mis faltas personales son infinitas. No quiero ser el gran inquisidor de la iglesia.
Que mis hermanos me vean como alguien que está amorosamente preocupado por su bienestar espiritual.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería
AMÉN. GLORIA A DIOS.