
“Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos” (Filemón 1:7).
Amantísimo Padre:
Me siento identificado con estas palabras del apóstol.
Te doy la gloria por cada Filemón que has puesto en mi iglesia local. Me encanta pasar tiempo con esos hermanos que caminan en amor haciendo bien a los corazones de los santos.
Cuando pienso en los miembros que invierten su tiempo en confortar y fortalecer a los demás, me entra una gran alegría en el corazón porque, por medio de su amor fraternal no fingido, veo en ellos algo de la hermosura del Amor encarnado, Jesucristo. ¿Cómo no gozarme cuando me encuentro con un reflejo de tu Hijo?
No obstante, en este nuevo día quisiera hacer algo más que darte las gracias por cada Filemón que hay en la iglesia. Mi deseo es pedirte que hagas de mí un Filemón también.
Hoy, te pido que me des oportunidades para confortar a los santos. Por ejemplo, oro que esta breve reflexión devocional sea un estímulo para sus vidas espirituales. Ayúdame a ayudar a mis hermanos.
Lléname de amor por mi iglesia. No me alejes de ella.
Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería